-¿Qué serías si no fueras un Buélco?- Pregunté.
-¡Fácil! Un camello- Dijo Buélco mientras contorsionaba las manos sobre su espalda dibujándose una joroba.
-Yo quisiera ser un Buélco- Le dije.
-¡Tú no puedes ser un Buélco!- Contestó.
-¿Por qué?- Pregunté indignado.
-Porque entonces yo sería un camello- Dijo, contorsionando las manos sobre su espalda y dibujándose una joroba.
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