abril 28, 2008

Domando el domingo

Domingo pesada tapa sobre
el hervidero de la sangre...
Tristan Tzara


I
Desde la última vez que estuve muerto he estado más vivo que nunca…
La lámpara se amanece a las tres de la mañana con ceremonias de tambor y
yo inicio el descenso de costado por un sueño que no tuve y una cama insomne
que se acomoda como durazno en el frutero.

El domingo viene vengativo, cargado de profecías y de presagios que
se atropellan unos a otros; viene como un final disfrazado de principio, rompe
el cascarón despacio, asoma las primeras horas y me encuentra aquí, despierto
cautivo, fumando mientras lo espero… -Vamos a pelear entonces, domingo-


II
Vuelvo cansado como náufrago sin nuevo mundo. Pasé la noche entera
poniéndole trampas a tu fantasma y no cayó en ninguna.

Amanece el día pluvial, con aliento de nube, de mentira. La ropa duerme
inmóvil sobre la silla y la hoja en blanco que me esperó desnuda toda la noche
se despereza y vuelve los ojos. Amaneció la noche del domingo.



III
En un barco de papel navego por tu cuello, te miro dormir, pienso en el
lugar común y sonrío cuando te lleno de humo el pelo y tu espalda se pone
a temblar a dos segundos del deshielo. Vas a caerte al mar como un iceberg
gigantesco, vas a caer, suenas tan frágil… Pero tu sueño se sostiene de las
uñas y vuelves a suspirar tan bajo, que casi tengo ganas de darte las gracias.
-No tardo… Voy a tomar unos tragos con el domingo-


IV
La calle se despertó sorprendida; las bugambilias están floreando
la jardinera parece una maqueta a la que, en el último segundo el niño
artista, decidió que le hacía falta un poco de morado.

Pero el día y yo tenemos cosas pendientes, no hay tiempo para tonterías
botánicas… Escogemos las armas y bajo las escaleras como un guerrero
con el corazón en la nuca del sacrificio.


V
Cuando se mira bien, por encima del hombro de las horas, la vida
parece un poco más lenta… Quedaron de ayer los vasos tirados en el piso
y las carcajadas atrapadas en los muros que de la casa. Cosas que habrá
que poner en bolsas negras y después tirarlas como los días.

A veces el sol se detiene un rato y deja que la noche trasnochada
descanse su resaca en silencio; pero hoy es domingo, amaneció desde el
miércoles en la mañana. Tiro botellas vacías y sueños pequeñitos y
traslúcidos que terminaron confundidos en los ceniceros.


VI

Descalzo me encuentran la noche y los azulejos, descalzo pisando
nostalgias, amaneceres, fotos viejas, uniformes con mi nombre cosido
en el pecho.

El crucigrama del domingo está abierto y sin contestar sobre la mesa
de la cocina. Vertical: siete letras. Nombre del día del final del día.


VII

Te pregunto esto por no dejarlo… Sé que no te hace falta, que
tienes lo que quieres, que quieres lo que tienes, pero no deja de
asombrarme tu certeza.

Está la foto que he cubierto con notas y papeles diminutos, están
las persianas abiertas esperándote, están los cuadros y las cosas,
está aquí el tiempo conmigo y todo lo que no te hace falta… Estamos
aquí todos, el domingo y yo, esperándote.


VIII

No tengo que darle cuerda al reloj, camina sólo, funciona perfecto.
Hace ruido, nada en las horas que paso y repaso gastando con los ojos
sus manecillas. Dibuja figuras en el techo cuando el sol lo toca,
deslumbra a las telarañas que le ponen el gris a las paredes…

No tengo que darle cuerda al reloj, camina sólo.



IX

Amaneció muerto el lunes, nonato, tísico, ciego; y un poco aturdido
por las luces de la calle, pero se ve bien… Fuerte, inútil, doblegado.

Es que cargar con este ayer debe tenerlo harto… Pero es mañana
de mañana, es el silencio que pasa cuando termina de arremeter la
sirena de Ulises (y también la de la ambulancia), es Express doble
cortado, es la regadera con sus gotas y su escándalo y la alegría tonta
de estar completo, una costilla de menos pero listo para el tráfico y el
frío, y el lunes, el lunes, el lunes…

Ganaron los Pumas. Mataron a dos reos en medio de un motín.
Se presagia lluvia toda la tarde. Una fuga de gas creó pánico
colectivo al sur de la ciudad. Tu foto está viva, camina en las noches,
siempre la encuentro en distinto lugar. Atentado en Marruecos. “Se
paga con la vida la lealtad del pueblo”. La píldora para hombres.
“Hugo Boss” estrena su colección de invierno.

Lunes 24, dice el periódico en primera plana, y parece que es
noticia de interés nacional haber sobrevivido al domingo.

No hay comentarios: