abril 27, 2008

Informaciones



No sé si se pueda extrañar a Buélco, hace ya muchos días que no está.

No quiero pensar que esté en la calle; la calle no es lugar para los Buélcos…

Me aflige imaginarlo usando corbatas rojas, sellando pasaportes o corriendo bolsas.

Busco en vano “Buélco”, en el directorio. Nadie lo conoce en la información telefónica y una señorita se ha reído en mi cara y me ha dicho que: “perder un Buélco no es ninguna emergencia”.

No le pedí a Buélco su número celular. -¡Pero si es lo primero que hay que hacer!- Me reprocho en voz alta.

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